La muerte de Hitler continúa sin tener respuesta, porque su cadáver no se ha encontrado y el fragmento del supuesto cráneo era de una mujer, según los estudios de la Universidad de Connecticut sobre el hallazgo.
Una de las razones que fortalecen la teoría del escape del Führer indica que no murió en Berlín, por lo cual se puede hablar de un escape planeado con gran precisión por Hitler.
Aunque oficialmente se dio a conocer que se suicidó en su bunker con cianuro, junto a Eva Braun, su esposa. Los informes y testimonios de los hombres que lo sirvieron se contradicen respecto al cadáver, de tal forma que no acreditan la fidelidad de los relatos. Las múltiples fotografías sobre sus restos quemados o sin lesiones, no son fiables, inclusive se habla de un doble que ocupo el lugar de Hitler. Estas pruebas falsas que pretendían comprobar la muerte a finales de la Segunda Guerra Mundial, son las que complican la investigación, dando pie a las especulaciones.
Las teorías hablan entonces de que se escondió en un monasterio tibetano, otras aseguran que escapó hacia España y las más fuertes, apuntan a que se refugió en Argentina hasta sus últimos años. Entre las más recientes conclusiones, Patrick Burnside habla en su libro de la huida a Berlín en avión y se refiere al embarco de Hitler desde Noruega hasta la Patagonia en Argentina. Concluye comentado que allí sobrevivió varios años, fundamentando sus explicaciones en los testigos que lo vieron entre los años 1945 – 1957.
Los convencidos de la veracidad de estos testimonios, como Stalin en su tiempo, creían que después de la guerra, tanto Truman como Charchuil tenían conocimiento de su huida. Es por ello que al ser interrogado sobre la desaparición, Stalin respondió a Truman: “No hemos encontrado ningún cadáver que pudiera ser el de Hitler'».
Esto se confirma con el interrogatorio al que sometieron los estadounidenses al almirante Dönitzde de la flota alemana, junto a su tripulación para conocer a donde trasladaron al Führer. Fueron los aliados quienes recibieron el mensaje del almirante que decía con orgullo: «La flota alemana de submarinos está orgullosa de haber construido para el Führer, en otra parte del mundo, un Shangri-La, una fortaleza inexpugnable».
Varios testimonios durante los juicios a los militares de Hitler, dejaron constancia de la falta de pruebas sobre su muerte, como dijo ante el consejo americano Thomas J. Dodd: «Nadie puede decir que esté muerto».
También se cree que fueron los aliados quienes pactaron este escape, porque la orden de captura tuvo como resultado, el encuentro de los cuerpos en el bunker con el cadáver de Goebbels, junto a su esposa Magda y los seis hijos de ambos. La familia fue envenenada según se estima por las tropas de la Unión Soviética. Versiones diferentes para un mismo caso, entre las cuales se destacan algunas confusas como las de los rusos, que dicen haber encontrado cuerpos similares al de Hitler, por lo cual se cree que fue un doble.
La personalidad fuerte e inteligente de este hombre hace suponer que planeó minuciosamente su escape, porque contaba con los medios para organizar su traslado inmediato, ante el fracaso de la guerra. En este supuesto es posible que buscara la forma para crear un mito, sobre su desaparición evitando así su búsqueda, contaba para ello con la fidelidad de sus incondicionales seguidores, que harían cualquier cosa por el Führer.
Los medios de comunicación también se hicieron eco de estas noticias, pero sumaron a las mismas diferentes investigaciones sobre las versiones de la época.
Las dudas son mayores porque los archivos siguen estando clasificados, tanto en Rusia como en Argentina como un tesoro bien guardado. Solo se permitió el examen forense sobre el cráneo, que demostró pertenecer a una mujer de 40 años.
Con su escape Hitler buscaba que no le sucediera lo que luego aconteció con Mussolini, que fue colgado muerto durante días y expuesto al mundo. Para evitarlo pactó su escape y negoció las condiciones con los aliados, preparando su refugio y planeando su escape, es la teoría más fuerte presentada en el último tiempo. Esta tesis está considerada por algunos nazis que hablan de Hitler como fiel al partido mientras que otros lo consideran un traidor. Es probable que el tirano responsable de la mayor guerra y del holocausto judío consiguiera escapar a su destino.