Los avances de las nuevas tecnologías, podrían acelerar el hallazgo de la tumba Genghis Khan. Varios siglos no han bastado, para encontrar el sitio donde se enterró al legendario guerrero mongol.
Historiadores, arqueólogos e investigadores en Estados Unidos, se encargan actualmente de realizar metódicos estudios científicos, para determinar el punto exacto donde se encuentra la tumba. Con mapas satelitales y sin encontrarse en el lugar se puede viajar al terreno y determinarlo mediante reconstrucción digital. Escaneando con radares las zonas donde se cree que se encuentran los restos, sería probable encontrar al mítico guerrero Genghis Khan. Fundador del imperio más grande de la historia hace 800 años, en dos décadas logró conquistar desde el océano Pacífico hasta el mar Caspio. Convirtió su muerte en un verdadero misterio y vivió de forma épica y sanguinaria. Las teorías sobre su fallecimiento son varias, se cree que en 1227 cayó de su caballo y murió, otros que fue víctima de tifo y algunos afirman que lo asesinó su amante.
Lo increíble de su historia reside en lo que aconteció después de su muerte, porque Genghis Khan buscaba que sus restos permanecieran ocultos, como forma de asegurarse que no cayeran en manos de sus enemigos. No quiso ser inmortalizado en un mausoleo imponente, por ello sus soldados después del cortejo fúnebre, no dudaron en eliminar a todos los que asistieron al entierro, para que no se supiera donde sería sepultado. Luego se suicidaron y con ellos se fue el secreto mejor guardado del mítico guerrero, encontrándose en cualquier bosque o río sin poder hasta ahora, determinarse el sitio exacto de su sepultura.
Se cree que puede encontrarse al noreste de la capital de Mongolia en la provincia de Khentii, en la montaña Burkhan Khaldun, pero para descubrir la tumba se tendrían que inspeccionar alrededor de 12.000 kilómetros de cordillera, tarea imposible para los arqueólogos. Factores de peso hacen inviable la búsqueda, porque es una zona considerada sagrada y prohibida por la Unión Soviética para estas investigaciones. En 1991 varias expediciones por fin, pudieron entrar en el terreno para buscar la tumba perdida de Genghis Khan, sin éxito. Las creencias de los pobladores hablan de la maldición del guerrero, explicando que si su sueño es interrumpido sería terrible la venganza. Por estos motivos el científico Albert Yu-Min Lin, junto con colegas de la Universidad de San Diego California, se proponen investigar la zona sin necesidad de excavar y explican: “Explorar con métodos no invasivos, nos permite desvelar el secreto sin irrespetar las barreras culturales”. Así fue como se decidió examinar, por medio de un mapa satelital la región, indicando los posibles restos arqueológicos, también con la ayuda de internautas, para revisar más de 90.000 imágenes.
Luego del análisis metódico realizado el científico y su equipo se desplazaron hacia Mongolia, para confirmar que se trataba de lugares ancestrales. Radares terrestres y drones escanearon cada punto, hasta convertirlos en imágenes tridimensionales. Se han encontrado en algunos sitios cerámicas, ladrillos, flechas y algunos artefactos del siglo XIII, prometedores hallazgos y pruebas contundentes, que acercan cada vez más a la tumba de Genghis Khan. Un conquistador con una infancia trágica, porque los tártaros mataron a su padre y condenaron al destierro a su familia. Otro episodio dramático fue el rapto de su esposa que llevó a varias batallas, que lo convirtieron en 1206 emperador de los mongoles. Recordado por sus estrategias y por introducir en su pueblo la lengua escrita, es considerado padre de la patria. En China existe un mausoleo en su memoria y es para sus habitantes un símbolo nacional.
Otros enigmas similares que tienen que desafiar los expertos, son por ejemplo la tumba de Alejandro Magno, además de Cleopatra y Marco Antonio, entre los personajes legendarios que murieron rodeados de misterio. Lo cierto es que Genghis Khan no quería ser encontrado y sus seguidores quieren cumplir su deseo, también porque la leyenda dice, que si se remueve su sarcófago se acabaría el mundo. En nuestros días los investigadores son muy cuidadosos y analizan las evidencias, que prometen muchas novedades en poco tiempo.