El Imperio romano surge en la península itálica para extenderse por toda Europa y parte de Próximo Oriente. Como tal, el Imperio surge en el siglo I a. C. y sufre su fragmentación y caída en el 476.
La influencia ejercida por este coloso territorial esta muy extendida, incluso a día de hoy, en todos los ámbitos, desde las disciplinas artísticas hasta el desarrollo social, cultural y económico. La deuda y herencia que nos ha dejado el Imperio romano es indiscutible.
¿Cómo surgió Roma?
Debemos hablar inicialmente de los orígenes de la capital del Imperio romano, Roma, centro neurálgico de dicho imperio. Si hablamos del origen de la ciudad de Roma es difícil separar el mito de lo real.
La leyenda recogida por Virgilio cuenta que en su huida de Troya, en el siglo XII a. C., Eneas, y lo que quedaba de su pueblo, se asentó en el Lacio, en una zona rodeada por las siete famosas colinas de Roma. Este territorio pertenecía a los etruscos y no veremos la independencia de Roma y la consiguiente caída de este pueblo etrusco hasta el siglo III a. C.
Debemos señalar que la historiografía contemporánea desmiente la atribución de la fundación de Roma a Rómulo y Remo, convirtiéndose el primero en el primer rey de la ciudad. Como ya hemos dicho, se enclava su fundación en el siglo VII a. C.
El nombre de la ciudad de Roma nos lleva también a varias discusiones ya que existen distintas teorías sobre su origen. La teoría que más llega a acercarse a la realidad es la de que “Roma” proviene del indoeuropeo, y significa “pueblo sobre el río”. Por otro lado, y al igual que la teoría de su fundación por los famosos gemelos, está ya desmentido lo que siempre se ha dicho de que “Roma” proviene de “Rómulo”.
Final de la República y origen del Imperio
En tiempos de Julio César (siglo I a. C.) Roma ya contaba con el control total del Mediterráneo, sobre todo después de librar las conocidas Guerras Púnicas entre romanos y cartagineses, en los siglos III y II a. C., en las que estaban en juego los territorios costeros de Hispania y el norte de África.
El asesinato de Julio César se atribuye a Casio y Bruto en el año 44 a. C. Posteriormente, estos fueron derrotados por los partidarios de César, Lépido, Octavio y Marco Antonio en una guerra civil.
Lépido, Octavio y Marco Antonio conformaron un triunvirato dividiéndose los territorios. Pronto Lépido será apartado del poder y Octavio vencerá a Marco Antonio en la batalla de Accio. Esto haría que Octavio Augusto fuese más conocido a partir de ahora solo como Augusto, título honorífico que, a partir de él, recibirán todos los emperadores romanos. Será continuador de la dinastía Julio-Claudia.
En este momento el actual Imperio de Roma contaba con la adhesión de Egipto y parte de la península de Anatolia. El Imperio romano durante Augusto comprendía al sur toda la costa mediterránea africana y Egipto, al oeste solo el Océano Atlántico frenaba la expansión, al norte la Galia y parte de Germania y al este el Mar Negro y la península anatólica.
Máxima extensión del Imperio
Tendremos que esperar hasta la dinastía Antonina, posterior a la Flavia, para poder hablar de la máxima extensión del Imperio romano con el emperador Trajano, nacido en Hispania y cuyo mandato se sitúa en la primera mitad del siglo II.
Marco Ulpio Trajano ya tenía experiencia en las campañas militares debido a su gobierno en Germania antes de proclamarse emperador y por ello pudo enfrentar al pueblo dacio (actual Rumanía) y extender las fronteras del Imperio hasta el Próximo Oriente.
Al final del mandato de Trajano, la vasta extensión del territorio jugó en contra de la propia integridad del Imperio comenzando poco a poco a decrecer por la pérdida de territorios fronterizos.
Inestabilidad del Imperio romano
Durante el siglo III d. C. se produce un periodo de crisis y anarquía militar que conlleva autoproclamaciones de jefes militares en emperadores, asesinatos y revueltas y, en definitiva, una separación del Imperio en dos por Diocleciano en el 184. Fue la primera y más importante separación del dominio romano cuyos territorios se dividieron en dos bloques.
Estos se mantuvieron separados hasta la llegada de Constantino I el Grande que ascendió al poder en 307. Constantino desplazó la capital del Imperio a Constantinopla, engrandeciéndola (actual Estambul).
Se explica este cambio debido a la posición fronteriza de esta ciudad con respecto al Imperio persa, que pujaba por los territorios fronterizos, y al deseo del emperador de dirigir de forma estratégica la defensa de sus territorios. Además el enclave de Constantinopla era la puerta entre Occidente y Oriente, sobre todo en cuanto a comercio se refiere.
Crisis y caída del Imperio romano
La personalidad de Constantino era tan importante que a su muerte, en el 337, el Imperio volvió a caer en una grave crisis de la que no se vio otra salida que separar el imperio de forma definitiva entre el Imperio romano de Occidente (futuro Sacro Imperio romano) y el Imperio romano de Oriente (Imperio bizantino).
Teodosio fue el emperador encargado de dividir el territorio entre sus dos hijos: Occidente para Honorio y Oriente para Arcadio.
La caída del Imperio romano de Occidente es una cuestión muy compleja. De forma general, se debe a la pujanza de pueblos bárbaros pero no debemos olvidar que Roma incluyó entre sus filas militares a estos pueblos para defender y conquistar territorios en nombre del Imperio.
Esta caída del Imperio romano de Occidente se produce en el 476 y supone el cambio de la Edad Antigua a la Edad Medieval. Por otro lado, el Imperio de Oriente, ahora conocido como Imperio bizantino, perduró un milenio más en el tiempo, hasta 1453, y supuso, junto con otros acontecimientos, el paso de la Edad Media a la Edad Moderna.
Para cerrar este muy resumido paseo por uno de los imperios más trascendentales de la historia, me gustaría que os animaseis a ahondar vosotros mismos en temas más concretos de esta parte de la historia, y que por supuesto los compartieseis con nosotros. ¿Os gustaría un post dedicado a algún momento concreto del Imperio? ¿Qué emperadores os parecen mas interesantes?