Tras la guerra mundial se firmarían muchos tratados de paz y se daría un nuevo orden mundial, donde los países aliados y en espacial los Estados Unidos y la Unión Soviética empezarían a dominar todo el mundo político, sus relaciones comerciales y geopolíticas a partir de ese momento.
Sin embargo, que estos dos países hayan sido aliados circunstanciales en la guerra contra un mal mayor como lo era el nazismo, no significa que hayan de ser aliados para el resto de los días. De hecho, eran abiertos contrincantes en absolutamente todos los espacios posibles de la vida política, militar, económica, y en general en cuanto a la concepción del desarrollo del planeta a partir de los años 60.
Esta disputa intensa entre dos grandes potencias, haría que la historia contemporánea de la humanidad estuviese marcada por el fenómeno de la “guerra fría”. Que no era otra cosa que conflictos bélicos “tercerizados”.
Es decir, pequeñas naciones alrededor del mundo amenazan de manera “soberana” con plegarse a un determinado orden hegemónico y la potencia que se veía perjudicada, por ello intentaba detenerlo de manera armada, ya sea de manera directa como la intervención de Estados Unidos en Vietnam o de manera indirecta como la situación ocurrida en la isla de Cuba con el famoso caso de los misiles soviéticos en el año 1962.
El peligro de la guerra atómica
En la Segunda Guerra Mundial se abrió una caja de pandora que más nunca podría cerrarse: la utilización de armas de destrucción masiva como las bombas atómicas.
A partir de ese momento el mundo cambiaría por completo, y en pleno apogeo de la guerra fría no serían pocas las veces en las que el mundo se vio amenazado de manera seria de verse involucrado en una tercera guerra mundial, atómica, que destruiría al planeta por completo.
La crisis de los misiles del año 1962
Uno de los casos más importantes o donde se sintió más de cerca la respiración de la guerra detrás de la nuca de todos los habitantes del planeta, sería en el año 1962 cuando la Unión Soviética facilitó a su aliado político en el Caribe, Cuba, distintos misiles de alcance medio que podían fácilmente alcanzar la costa de los Estados Unidos, siendo la primera vez que de manera real el territorio estadounidense se encontraba bajo amenaza de guerra directa.
Tras el descubrimiento de los misiles R-12 y R-14 en esta isla del caribe, se abriría un fuerte intercambio de demandas entre los Estados Unidos y la Unión Soviética para que esta última retirara los misiles de la isla antes de que la misma fuese completamente borrada del mapa.
Hay que decir de manera responsable que no eran pocos los asesores de Kennedy que abogaban por desaparecer la isla con el lanzamiento de una bomba nuclear, los que no habría impulsado al aniquilamiento del planeta.
No obstante, al final de la extensa jornada de negociaciones, la diplomacia política reinó entre los dos cabecillas políticos más importantes del momento: Nikita Jrushchov y John F. Kennedy. Llegando a un acuerdo que beneficia la imagen de ambos.
Al Jruschov retirar los misiles de la isla podía argumentar que la demostración de fuerza ya se había realizado, habría tenido éxito y se garantizaba que la isla de Cuba nunca más fuese invadida por los Estados Unidos a riesgo de una nueva guerra. Por parte de Kennedy, evitaba la masacre de una nueva Guerra Mundial y dejaba claro que Estados Unidos era hegemónico en el Caribe.