Los temores de Darwin sobre la consanguinidad estaban justificados. Pensaba que la salud de sus hijos se vería afectada por la unión con su prima, ahora se sabe que su estirpe arrastraba una gran desventaja genética.
El naturalista Charles Robert Darwin de origen inglés, desarrolló la teoría de la evolución humana. Sus estudios constituyen la base fundacional de la ciencia biológica. Los descubrimientos científicos que reveló no fueron aceptados en principio hasta 1930, cuando se tuvo en cuenta su explicación sobre el proceso evolutivo. Llegó a postular que todos los seres vivos alcanzan su evolución con el tiempo. Creía en un proceso de selección natural, que permitía dichas modificaciones a partir de un antepasado común. Contrajo matrimonio con su prima hermana Emma Wedgwood y tuvo diez hijos con ella, entre 1839 y 1856. Consiente de la importancia de los lazos de sangre, estaba seguro de que este tipo de uniones, deterioraban la evolución de las generaciones siguientes. La muerte prematura de algunos miembros de su estirpe y la infertilidad, eran fruto de la endogamia. Esto confirma que su preocupación tenía fundamento científico y que no se trataba de miedos infundados.
Estaba convencido de que la muerte de tres de sus hijos antes de cumplir diez años, fueron culpa del parentesco con su esposa. Por otra parte, tres hijos más de Charles Darwin no llegaron a tener descendientes, pese a que se casaron varias veces. Pensaba que su prole podía tener problemas de salud y debilidades mayores. Los antecedentes de ambas familias fueron determinantes, porque el problema surgió con anterioridad a su unión. Tanto los Darwin como los Wedgwood, se habían casado entre ellos a lo largo de varias generaciones, esto traía como antecedentes otros parentescos entre ellos dos, además de ser primos directos. Por su parte, se casaron tres hermanos de Emma con otros primos y Caroline, hermana del célebre Darwin, se unió con un de los primos de la familia Wedgwood. La lista continúa con el cuñado del naturalista, que contrajo matrimonio con su prima hermana Jessie Wedgwood, cuyos padres y madres eran hermanos entre ellos.
La familia Darwin-Wedgwood, fue estudiada por los genetistas como la familia real de los Habsburgo, para conocer el desarrollo de estos lazos sanguíneos y sus consecuencias. Los estudios confirmaron que los hijos entre familiares directos, tienen menos probabilidades de alcanzar la pubertad. La publicación de 2010 en Inglaterra mostró el análisis científico al respecto, pero causó una gran polémica sobre el tema. El resultado explica la muerte de tres hijos de Darwin, dos que perecieron por enfermedades y que actualmente se sabe, que se producen por falta de resistencia en niños nacidos de la endogamia. Científicos que en otros análisis demostraron, que la falta de fertilidad de los otros tres hijos mayores, se debió a las relaciones consanguíneas que debilitaron la procreación.
La preocupación por este tema llevó a Darwin a ser el primero en estudiarlo y publicar distintos trabajos explicando la endogamia en plantas diferentes, analizando 57 especies. El resultado fue que eran más pequeñas, tardaban en florecer y se debilitaban pronto, por el vínculo de consanguinidad. Llegó a conseguir mediante sus relaciones políticas, que el Parlamento británico incluyera una pregunta sobre este tipo de uniones en el censo. Su hijo George influenciado por los temores de su padre, estudió varios aspectos sobre el tema y concluyó que los efectos negativos no se producían en hijos de familias con condiciones óptimas de vida, como era su caso.
Genetistas de la Universidad de Santiago de Compostela descubrieron con sus estudios, que los hijos varones de Darwin llegaron a tener 1,2 hijos por mujer y que los descendientes no consanguíneos contaban con 2,1 hijos por mujer. Además de descartar los elementos y factores que afectaron a nivel socioeconómico y demográfico. Dichos análisis detallados tuvieron en cuenta el intervalo reproductor entre los matrimonios que eran más cortos, también las edades entre ellos, duración y otros datos. Los científicos explican, que: “La calidad del esperma es peor y cuanto mayores son los varones, menos posibilidades tienen de ser fértiles”.
Estas investigaciones revelan que los matrimonios entre primos afectaron la salud de la descendencia, quedando demostrada la desventaja genética, pese a que los Darwin-Wedgwood fueron eminentes cerebros. Los genetistas confirman con este estudio, que “las pruebas sugieren que los temores de Darwin, sobre la salud de sus hijos como resultado de su matrimonio con su prima hermana Emma Wedgwood, no eran ni exagerados ni injustificados. Actualmente hay una cierta unanimidad en que la consanguinidad afecta a la fertilidad y a la esterilidad en los humanos, el problema es que aún no se ha podido concretar el modo”.