La historia relata las locuras de los emperadores romanos, conocidas por ser demasiado extrañas y con un contenido que rozaba en algunos casos, la demencia. Desde asesinar a familiares directos, hasta nombrar a caballos, como altos cargos políticos, dan fe de las excentricidades de los gobernantes.

Curiosidades que hablan, sobre el status que alcanzaron las autoridades de Roma. La credibilidad de los hechos es cuestionable, porque en algunos casos las personas que describen los acontecimientos, fueron enemigos públicos de los emperadores romanos. Solamente tenían afán de desprestigiarlos y ridiculizarlos, con rumores falsos y sucesos increíbles. Es conocida la hostilidad del Senado de Roma hacia los emperadores, por lo cual lo que escribieron, puede no contar con un respaldo totalmente objetivo de sus acciones. También hay que tener presente, que las locuras que realizaban en su época no eran consideradas tales, ni infringían las normas, en ese periodo concreto de la historia. Algunas de las curiosidades más destacadas sobre los emperadores romanos son:

Emperador Cómodo (177 -192 d.C.)
Conocido como gladiador invencible, disfrutaba en los combates públicos, parándose en la arena y luchando como gladiador. Lo curioso es que no se exponía a riesgo alguno en ellos, sus adversarios lo dejaban vencer para que el emperador Cómodo, les perdonara la vida. Una particularidad fue, que exigía que lo adorasen como al semidiós Hércules, porque decía ser su descendiente directo.

Emperador Nerón (54 – 68 d.C.)
Reconocido como responsable de las muertes de su esposa, su madre y un medio hermano, entre otros hechos, como por ejemplo, lanzar a los cristianos para ser devorados por perros hambrientos y feroces, que los descuartizaban vivos. Se cree sin absoluta certeza y con teorías contradictorias al respecto, que Nerón provocó el terrible incendio de Roma, donde se encontraba el Domus Aurea.

Emperador Calígula (37- 41 d.C.)
La historia escribe sobre Calígula, que nombró cónsul a su caballo. La función que tenía el animal era comandar a sus ejércitos, una anécdota que ha sido siempre muy comentada y recordada. Más conocido por su barbarie y maldad, se supone sin certeza sobre el hecho, que ordenaba despedazar a los criminales y servirlos a las fieras salvajes. Fue además acusado de cometer incesto con sus hermanas.

Emperador Adriano (117-138 d.C.)
El gobernante que vivía fascinado por la cultura, no dudó en construir en la ciudad de Jerusalén, su Aelia Capitolina de estilo griego. Creando así una revuelta muy violenta de los judíos contra la ciudad de Roma, por su capricho. El emperador Adriano, fue más conocido por los monumentos de colosales estructuras y dimensiones que realizaba.

Emperador Claudio (41-54 d.C.)
Sobre Claudio escribe la historia, que ordenó la ejecución de su esposa, ya que sospechaba que era infiel y que realizaba orgías. Pero no solamente mandó matar a su mujer, sino también a 300 personas sospechosas de participar y ser sus amantes. Otra curiosidad, describe como disfrutaba asistiendo a las sesiones, donde se torturaban a los criminales hasta la muerte.

Emperador Domiciano (81-96 d.C.)
Un represor nato, que fue acusado de la muerte de su primo y su hermano, además de reprimir violentamente las rebeliones de su pueblo con la guardia pretoriana. El emperador Domiciano exigía, un trato de dios a sus súbditos y entre sus paranóias, se cuenta que se sentía perseguido y creía sospechoso a cualquier persona, ordenando su muerte inmediatamente.

Emperador Caracalla  (198-217 d.C.)
Este emperador fue un gran fanático en su tiempo del célebre Alejando Magno, al punto de vestirse como su héroe. Su inestabilidad mental, lo llevó a exiliar a su propia esposa y luego ordenar su muerte. Otra prueba más de su preocupante situación, que rozaba la demencia, fue el suceso en el cual el Emperador Caracalla, casi apuñala a su padre frente a su propio ejército.

Emperador Heliogábalo (218-222 d.C.)
Reconocido por sus locuras como por ejemplo; exigir a su pueblo la adoración de otros dioses, que eran extranjeros. También su comportamiento era excesivo y exagerado, porque Heliogábalo llegó a castrarse en público, alegando que lo hacía por su devoción a un nuevo culto religioso al que pertenecía. Los relatos de su tiempo, comentan que designaba hombres muy bellos, para altos cargos. Razón por la cual se pensaba que era afeminado y se llegó a creer sin solidos fundamentes, que era homosexual.