Cuando se habla de la mujer dentro de la filosofía no se puede dejar de lado el nombre de Hipatía, que perteneció a la Escuela de Alejandría. Quizás su nombre se haya hecho más famoso por su dramática muerte y la película que Amenábar rodó sobre su vida hace unos años. La relevancia de este personaje se debe, por un lado, a que es una de las primeras filósofas y, por otro, es una de las representantes de la Escuela de Alejandría.
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La Escuela de Alejandría.
La Escuela de Alejandría es un conjunto de escuelas de filosofía que se asienta en torno a la ciudad de Alejandría y tuvieron una fuerte influencia en aquella época. Comprende una corriente filosófica que se centra en las teorías platónicas y que se conoce como neoplatonismo. Esta tendencia toma las teorías de Platón, filósofo griego, como eje central de sus doctrinas. Pero la filosofía del pensador griego llega tamizada por otras ideas como las de Ptolomeo, Diofanto, Estrabón, Filón y la propia Hipatía.
Uno de los rasgos más característicos, aparte de su lectura de Platón, es su cercanía con las doctrinas cristianas. De ahí que muchos miembros de la Escuela de Alejandría se convirtieron al cristianismo, como es el caso de Sinesio discípulo de Hipatía que llegó a ser obispo de Ptolemais. Se la considera por muchos historiadores precursora de la patrística y de la tradición helenística cristiana. Sin embargo, este contacto entre el neoplatonismo y el cristianismo, aunque fraguó y se extendió con rapidez, no estuvo libre de tensiones, como demuestra la muerte de esta pensadora.
La Escuela de Alejandría se centró mucho en cuestiones de matemáticas y astronomía. Un buen ejemplo de ello son las teorías de Ptolomeo sobre el movimiento de los planetas. En la película de Amenábar estas teorías aparecen en boca de Hipatía, pero su autor fue otro miembro de esta Escuela. Según sus ideas la Tierra estaría en el centro del Universo y entorno a ella girarían la Luna, el Sol y los demás planetas.
Otra de las materias en las que se centraban era la lectura sobre los textos clásicos destacando sobre todo a Platón y a Aristóteles. Hipatía era profesora de estos autores y sus estudios, que no se han conservado se centraban en lógica aristotélica y astronomía. La Escuela de Alejandría se alejó paulatinamente de las cuestiones metafísicas y se centró en el campo de la lógica y la ciencia, donde el neoplatonismo y el cristianismo hallaron puntos de contactos. Esto no implica que no hubiera discusiones respecto a ciertos temas entre las dos culturas.
Uno de los temas sobre los que no se pusieron de acuerdo es el de la eternidad del universo. Para los autores cristianos el cosmos se creó desde la nada. Se habla en algunos casos de una creación en el tiempo, lo cual genera una serie de problemas con las ideas de origen griego y latino. La filosofía griega y romana partía de la idea de un Universo eterno, ya que se veía como imposible que de la nada pudiera surgir algo. El Ser no puede surgir del No- Ser.
Una de las ideas que más se desarrollo fue la del Demiurgo platónico, que se adoptó en muchas ocasiones a la noción del Dios cristiano. Hierocles habló, por ejemplo, de un Demiurgo que crea voluntariamente desde la nada, pero rechazó que dicha creación fuera dentro del tiempo.
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Hipatía de Alejandría.
Hipatía de Alejandría (355 o 370- 415 o 416) perteneció a esta Escuela, destacando en matemáticas y ciencia. Fue también seguidora de Plotino y llevó una vida ascética dedicada al estudio. Educó a las clases altas tanto del mundo cristiano como del pagano. Muchos de sus alumnos llegaron a ser filósofos importantes como es el caso del obispo Sinesio de Cirene, Hesiquio de Alejandría y Oreste.
Hipatía fue hija del astrónomo Teón y también su discípula. Es la primera mujer dedicada a la matemática de la que se tiene noticia. Esto unido a su dramática muerte ha propiciado que se generara un mito entorno a su figura.
Aunque se la ha tratado con mucha frecuencia como una mártir de la ciencia frente al cristianismo emergente asociado a la incultura por los autores de la modernidad, en realidad el caso de Hipatía es singular. La Escuela de Alejandría no presentó un confortamiento abierto con el cristianismo, sino que se adaptó a él y de su unión dio frutos muy interesantes para la historia del pensamiento. Hoy día se suele dejar de lado el prejuicio moderno que trataba al cristianismo como sinónimo de oscuridad.
La muerte de Hipatía se debió, según lo que se ha podido saber, a una trifulca entre Orestre, prefecto de Egipto, y Cirilo, patriarca de Alejandría. Cirilo presionó a sus seguidores para expulsar a los judíos y a los paganos de Alejandría. En aquella época imperaba en Oriente Próximo un odio entre ambas confesiones, el cristianismo y los judíos. Orestre intentó proteger a estos últimos e informó al Emperador de la aptitud del patriarca.
Ante el peligro de que lo desterraban Cirilo buscó la reconciliación con el prefecto, a lo cual éste se negó. Llegaron quinientos monjes para proteger al patriarca y provocaron una sedición. Al ver al prefecto que circulaba en carro se abalanzaron sobre él llamándolo adorador de ídolos. Orestre contestó que era cristiano y que había sido bautizado por el patriarca de Constantinopla. Sin embargo, a pesar de ello uno de los monjes, llamado Amonio, hirió al prefecto de una pedrada. El monje fue detenido, juzgado y condenado a muerte. No obstante, Cirilo lo trató como un mártir, lo que supuso la ruptura definitiva entre él y el prefecto.
En este clima de tensión empezó a correr el rumor de que Hipatía, antigua maestra de Orestre, era la causante de esta disputa, ya que había instigado a su alumno contra el poder del patriarca. Hipatía no había aceptado el bautizo y se declaraba partidaria de los antiguos cultos. Un grupo de fanáticos dirigidos por un tal Pedro atacó a la filósofa mientras ella regresaba a su casa en carro.
Los cristianos fanáticos la arrastraron por toda la ciudad hasta llegar al Cesáreo, un templo construido por Augusto en honor a su victoria sobre Marco Antonio y convertido en catedral. Allí la desnudaron y la apedrearon hasta matarla. Sus restos fueron exhibidos por toda la ciudad y llevados al crematorio denominado Cinareo.
Parece que hay una discusión sobre la edad de Hipatía cuando murió. Las opiniones se dividen entre los que defienden que andaba entre los 45 y los que creen que tenía unos 60 años. También hay quien cree que Cirilo estuvo detrás del asesinato de la filósofa, aunque no hay datos suficientes respecto a esta acusación. Lo que sí parece cierto es que hubo factores que influyeron en ello. Uno de ellos fue la intolerancia del obispo ante el paganismo y el judaísmo. A ello se unión la hostilidad de Hipatía ante el cristianismo y hacia Teofilo, maestro de Cirilo, por la destrucción del Serapeo y el saqueo de la Biblioteca.
También se cree que pudo haber motivos políticos, ya que la muerte de alguien cercano a Orestre, como era Hipatía, podría servir de advertencia al prefecto. Pero esto último se ha descartado, ya que supuso una acción contraproducente. Hipatía era un personaje muy influyente y contaba con la amistad de muchas familias importantes y personas de cierto prestigio, muchos de ellos antiguos alumnos suyos. Parece imposible saber si el obispo estuvo o no detrás del asesinato de la pensadora. Pero a quien opina que, aunque no lo orquestara, fue su radicalismo e intransigencia las causantes de ello.
Bibliografía:
Coplestón, Frederick, (1999), Historia de la Filosofía, Barcelona, Ed. Ariel.
Ferrater Mora, José, (1994), Diccionario de Filosofía, Barcelona, Ed. Ariel.