Resultaría un hecho muy interesante, fascinante, extraordinario, sin precedentes y fuera de toda lógica que un animal (otro ser vivo diferente al humano) hablara… pero, aunque resulte increíble, imposible e incomprensible, existe una Gorila llamada Koko que es capaz de comunicarse con los humanos, y no precisamente por medio del habla, pero si a través de lenguajes de señas.
Koko es la gorila más famosa de todas, ha provocado muchas reacciones del público en general e intensos debates en la comunidad científica, debido a su gran inteligencia (coeficiente de 80/100). Y sin bien es cierto que hay quienes afirman que nunca hablará por las condiciones biológicas del gorila, resulta muy significativo que Koko sea capaz de desarrollar la comprensión del proceso comunicativo; utilizando elaborados y complejos lenguajes de signos, demostrando capacidades vocales y respiratorias asociadas a la habilidad de hablar característica de los humanos. Basado en esto, por ejemplo, al gorila se le ordena toser y ésta lo acata, evidenciándose que ejerce un control voluntario sobre la laringe, función que no se conocía en los primates.
¿Pero cómo empezó su historia?
Actualmente esta gorila tiene 46 años, pero su historia empieza en 1971, cuando una estudiante de psicología de nombre Penny Patterson decide adoptar a Koko con solo 6 meses de nacida, como parte de sus estudios para su tesis doctoral. El estudio es supone duraría 4 años, pero termino por durar toda la vida.
La Fundación a cargo de Koko, afirma que ésta gorila entiende mil (1000) signos en lenguaje americano de señas (sordomudos) y comprende dos mil (2000) palabras en inglés, reacciona con gestos según sus emociones y además emite onomatopeyas o sonidos producidos intencionalmente para comunicarse con sus entrenadores y personas con las que interactúa.
Este maravilloso animal representa y simboliza un ejemplo vivo de cómo humanos y primates pueden establecer fuertes vínculos, expresar formas de empatía y conectarse estrechamente sin importar la especie.
Según sus cuidadores y por evidencias presentes en vídeos y grabaciones, Koko ha demostrado conductas y sentimientos propios de los humanos, manifestados a través de gestos y emociones tales como tristeza, desagrado y pesadumbre; al enterarse de la muerte y perdida de su amigo gorila Michael, su gato Bolita y el actor Robin Williams, (persona con la que tuvo contacto) lo expuso mediante lágrimas representándolo con señas, pero esta gorila es capaz de expresar alegría por medio de la risa, ternura y cariño, e inclusive hasta mentir acusando a otros por sus travesuras.
Sin embargo, no todos son capaces de reconocer a Koko como uno de los animales más inteligentes del mundo, pues hay quienes afirman que realmente este gorila no comprende el significado de lo que emite, sino que lo hace gracias al amaestramiento que se le impuso desde temprana edad, además, la comunidad científica exige más pruebas para corroborar las afirmaciones que ha hecho la fundación y Penny Patterson.