El objetivo del complot era matar al sultán Muhammed V , legitimo rey de la dinastía del Reino de Granada. La historia documenta a través de las crónicas, que en junio de 1354 sucedió el trágico episodio en la Alhambra.
El sangriento asesinato describe, que alrededor de cien hombres subieron con cordeles, las torres tan altas de la muralla en la noche y mataron a los guardias, entrando en el interior del palacio. Asesinaron a todos los que encontraban a su paso con sus espadas, así pudieron llegar a la sala del Sultán. Un auténtico baño de sangre que buscaba alcanzar a Muhammed V, que tiñó de rojo los jardines y fuentes de la Alhambra. Entre las víctimas se encontraba el Visir Ridwan, que era el ministro principal, también toda la guardia real y los criados. Pero el objetivo era el rey, porque en su sitio querían otro nazarí, hijo de madre cristiana. Así cambiaría la corona a manos de Abu Said, llamado “el Rey Bermejo”.
Durante cinco años había reinado Muhammed V, desde 1354 hasta 1359, que recibió una comarca segura y estable de su padre. Yusuf I, había conseguido ampliar su reino, gracias a las negociaciones, más que a las luchas contra los reinos Cristianos. Pero las ambiciones de los nobles nazaríes, fue mayor y organizaron el complot de Abu Said y su cuñado, pero este tuvo un fallo en su planificación. Las versiones de las crónicas varían y una de ellas describe que el joven Muhammed V, no se encontraba en el Serrallo, donde se suponía estaría, sino en las dependencias de Generalife. Pero fue sorprendido en la noche de verano entre sus amantes y al escuchar el sonido de la sirena de alarma llamado chirimía, huyó con atuendos de mujer a resguardarse. Un sonido que le era familiar, porque anunciaba que debía refugiarse de inmediato ante el peligro. Además pudo observar el extraño movimiento de la antorcha, que comunicaba el palacio de recreo con la Alhambra.
Vestido de odalisca, huyó al subsuelo de una Torre, que disponía de un túnel con salida secreta, donde lo esperaba un jinete con dos caballos, hacia Guadix. Otra versión cuenta que se descolgó por la muralla con una cuerda, para refugiarse en la Alcazaba, desde donde esperaría el desarrollo de los acontecimientos de la nueva corte. Así sucedió que los ejecutores del plan, proclamaron que el rey Muhammed V había muerto. Sus enemigos coronaron a su hermanastro Ismail ll, quien solo estuvo en el trono un año. Por su falta de poderío y firmeza, fue muerto en otro baño de sangre, por Abu Said “el Rey Bermejo”, que se coronó en su lugar como monarca. Una tiranía absoluta que castigaba y mataba, maldecida por el pueblo, pese a ello se hizo coronar como Mohamed Vl.
Ante los acontecimiento Muhammed V, hizo saber de su supervivencia a su aliado el Rey de Castilla, Pedro l, “Pedro el Cruel”, con quien había acordado importantes tratados. Ayuda que fue fundamental desde ese momento, porque debió huir hacia África, para refugiarse con los aliados meriníes en Fez. Desde allí, empezó su reconquista por el poder de su reino usurpado. La crónica más documentada, describe que Abu Said había pactado en contra de Pedro l y después de tres años exiliado Muhammed V, pudo atravesar el Estrecho y llegar clandestinamente a Ronda.
Desde allí unido a las fuerzas de Pedro l, vencieron al ejercito de Abu Sadi en Guadix. Cuando se vio derrotado, se quiso congraciar con el rey castellano trasladando parte del tesoro nazarí, pero el rey no perdonó su traición, pese a la sumisión que mostraba. Frente a sus tropas lo mató y envió su cabeza en un sudario de sal a Muhammed V, siguiendo la costumbre de la época. Un trágico final, por el cual Muhammed V, pudo recuperar su reinado durante tres décadas, gobernando con destreza y diplomacia. Así logró embellecer los palacios su ciudad, aumentando también sus fronteras. Consiguió dejar un gran legado para la posteridad y fue considerado el sultán granadino más próspero, entre los demás.