Una nueva noticia sorprende a España y al mundo, a 524 años del descubrimiento de América por Cristóbal Colón y podría terminar con el enigma sobre el naufragio de la carabela Santa María. Si bien los restos ya fueron ubicados con anterioridad, en esta ocasión la sorpresa reside en la posibilidad de que los mismos, regresen a tierras españolas.
La nave capitana de la flota del almirante Colón, encalló en el norte de la costa de Haití durante la madrugada del día de Navidad en el año 1492 y fue antes de que el viaje finalizara. Fue el grumete quien desobedeció las órdenes de Colón, cuando la carabela quedó encallada debido a la pleamar de ese año y aunque los marinos quisieron salvarla, fue imposible.
En el año 1991 el entonces presidente de España, Felipe González, encargó a un equipo de científicos del país la tarea de encontrar los restos de la embarcación. Después de los estudios realizados, pudieron situarla a cinco metros no bajo el mar, sino bajo la tierra. Por cuestiones de estado la investigación se paralizó, pero 23 años más tarde el equipo puso manos a la obra. Presentaron su proyecto en Haití, junto al embajador español y viajaron para explicar los métodos de excavación en el yacimiento. El gobierno de Haití pretende desenterrar el misterio y se está esperando la aprobación del estado español, para dar inicio a las excavaciones. Con este proyecto la región haitiana, se convertiría en una reserva ecológica, por su vinculación con el descubrimiento de Cristóbal Colón.
Las autoridades de Puerto Príncipe que dirigen el proyecto científico en el lugar, han confirmado que quedarán los restos bajo la arena. Los investigadores creen que: “a los marineros no les dio tiempo a tirar las velas de repuesto, piezas de lona, motones, pastecas y garabatos de hierro, algún barril con brea y los hierros del calafate, hachas de maniobra, mandarrias y mazos, barras de hierro para el cabestrante, faroles de aceite, algún barrilete de cera, bujías, trozos de cuero para reparaciones, seguramente las botijas del agua potable y, sobre todo, el fogón, inútil en tierra. Se desmontaría por supuesto todo lo metálico, clavazón, refuerzos y abrazaderas, porque no había hierro en la isla, así como las grandes piezas de madera que se pudieran desmontar, pero la quilla, muchas maderas y las piedras de lastre, tienen que estar en el arrecife”.
Pero la pregunta clave para retirar los restos de la Santa María, tiene que ver con la forma de encontrarla. Afirman los científicos que conociendo el sitio donde se encontró el ancla, que fue en la línea de costa del año 1492, además de la distancia del barco en el momento del naufragio, se puede sondear alrededor de 400 metros el polígono. Para tal actuación se llevará a cabo el estudio de la línea de costa, playa, depósitos aluviales del río Grand Riviére du Nord, teniendo en cuenta los kilómetros ganados al mar. También se efectuará en estas tierras, un estudio de tomografía eléctrica en alta resolución a 10 metros en las profundidades y en modo 2D, trabajando siempre con georradares, conductividad y tomografía.
Un arrecife que espera ser inspeccionado bajo sus cinco metros de aluvión, con una serie de pruebas complejas, para llegar al hallazgo deseado. Expertos geólogos destacaron los costes reducidos de la excavación a realizar, solamente falta la aprobación del gobierno español, para que la Santa María cuente su propia historia. Una aventura que cambió el mundo, puede en poco tiempo, iniciar su retorno al lugar de origen. Una forma de estrechar los vínculos con una nación hermana, que mantiene vigente las claves de lo que ocurrió exactamente con la carabela de Colón. La mirada del mundo, está puesta en la respuesta de las autoridades, esperando dar inicio al trabajo que podría traer de regreso a España los restos, que durante años se quisieron recuperar. Con esta aprobación se podría finalizar el trabajo iniciado en 1991, cuando se estuvo a punto de producir el hallazgo de los restos de la Santa María, que avisto el nuevo continente. Este patrimonio de la humanidad permanece uniendo la relación de ambos países y esperando ser una fuente arqueológica de nuevas aportaciones para su análisis.