La invención de los zapatos surgió de la necesidad del hombre para no lastimarse los pies, para protegerlos de humedad, de las piedras, la tierra y el polvo, los rayos del sol, de objetos muy fríos, calientes o punzocortantes….con el pasar del tiempo los zapatos se han convertido en un elemento indispensable del atuendo y estética de las personas de hoy en día.
Al igual que otros inventos, su historia tiene larga data, su origen se remonta al Antiguo Egipto con la aparición de un par de sandalias (símbolo de nobleza) fabricadas con paja trenzada; conocidas hoy en día como alpargatas, las cuales según costumbre de esta civilización solo el Faraón y Altos Jerarcas podían usarlas.
Posteriormente, en Grecia solo los hombres libres usaban una especie de sandalias llamadas “Krepis” fabricadas en piel, cuero curtido, madera o metal; adornadas en diversos colores e incluso oro.
Para los Romanos, eran “Crepidas”, y estaban elaboradas con tiras enlazadas que se ataban por encima del empeine, tenían la suela más gruesa y costados de cuero. Y en esta época a pesar que era muy comunes el uso de estas sandalias también aparecieron otro tipo de zapatos o calzados como las botas usadas por guerreros y sacerdotes griegos, además de pesados zapatos de madera usados por criminales romanos.
Hacia el año 1600 A.C., en Babilonia, surge el primer zapato, siendo éste de cuero (sin curtir) en su totalidad e incluso los cordones y poseía forma de mocasín. Luego a partir del año 600 A.C. los griegos adoptaron el uso de este zapato, siendo estos de color rojo y blanco muy parecido al de los Babilonios pero con ajustes al pie. Cabe destacar, que para el año 200 A.C. los Romanos, generalizaron el uso de esta variedad de calzado, convirtiéndolo en símbolo de estatus y alta sociedad y como amuleto de buena suerte, esto los llevó a ser pioneros en este nuevo y floreciente oficio al establecer profesionales del calzado quienes se encargaron incluso de diferenciar tanto el zapato del pie izquierdo como el del pie derecho.
Para la mitad de Siglo XIV, aparece un nuevo estilo de calzado (Crakows), pasando por alto cualquier significado simbólico y dando cabida al gusto por la estética. Eran zapatos con puntas muy largas y afiladas y puntiagudas, bastante incómodos para andar, ya que, hacían tropezar a quienes los llevaban puestos.
Una tendencia más extrema se inició en el Siglo XVI en Francia, el zapato empieza a ser un elemento para resaltar las virtudes o disimular defectos en los pies. Así, personajes públicos de la época como Luis XIV popularizaron e impusieron la moda al usar los primeros tacones o zapatos de tacón alto, con el fin de disimular su corta estatura y Carlos VIII mando a elaborar zapatos de tacón, pero con punta cuadrada para cubrir sus pies de seis dedos…
Posteriormente, con el correr de las décadas los zapatos de tacón alto se convertirían en rubrica para el calzado femenino a nivel universal creciendo centímetro a centímetro. En esta misma época en el Norte de Europa aparecen los “Zuecos” o “Kapkap”, un tipo de calzado alto, muy popular y elaborado totalmente en madera.
Durante el Siglo XVII, surge en Inglaterra un zapato bajo de piel de becerro, trenzado sobre el empeine a través de tres o más agujeros, convirtiéndose en los favoritos de los ricos.
A mediados del Siglo XVIII, se inauguró la primera fábrica americana en Massachusetts (USA), a dicha empresa llegaban zapatos para ser montados y completados, estos eran elaborados en casa (cortados en serie y cosidos a mano) por mujeres y niños. Así también, es esta época, donde las damas de la corte francesa usaban zapatos muy adornados de tacón alto que podían llegar a medir hasta ocho centímetros de altura. De esta forma, en otros países, las mujeres, fueron adoptando la moda llegada de París “tacón francés”.
En 1882, nace la Manfield Shoe Company de Northampton, en Inglaterra, una fabrica capaz de masificar la producción de calzados de calidad y en medidas estándares.
Para el Siglo XIX en Gran Bretaña se popularizaron las botas altas “Wellington” en honor a una victoria militar por el Duque de Hierro Arthur Wellington.
En los años 20, los zapatos de tacón alto denotan estilo, moda, elegancia y atractivo femenino… Con el tiempo, se impuso una regla o polarización en los tacones, pues mientras los de las mujeres se hacían cada vez más altos y estrechos, los de los hombres se reducían.
Y actualmente existe gran variedad de zapatos, los consigues en diferentes formas, colores, estilos, diseños, altos, bajos, ajustados según talla o pie para cada persona, sean hombres, mujeres o niños.